lunes, 19 de mayo de 2008

PROPUESTA PARA LA DISCUSIÓN


Por Sherpa.

En el año 2002, unos hombres que se identificaron como escuadrones de limpieza de las Autodefensas Unidas de Colombia asesinaron a dos jóvenes integrantes de la barra del América de Cali, Disturbio Rojo, cuando regresaban a Bogotá luego de acompañar a su equipo de un partido clásico en la ciudad de Medellín frente al Atlético Nacional. Los asesinos los detuvieron en la carretera y argumentando que ellos eran parte de una hinchada formada por vándalos, los masacraron frente a sus compañeros de barra.
En un documento inédito y titulado Se necesita mucho aguante y muchos guevos para alentar en paz, escrito por Sherpa, un barrista fundador del Barón Rojo Sur, se realiza un diagnóstico sobre la situación ocurrida, texto EL FANATICO ESCARLATA reproduce a continuación por la agudeza de su mirada, y la riqueza de su propuesta teórica, política y social que debe ser escuchada para entender la complejidad bélica que atraviesa al fenómeno de las barras y por consiguiente al fútbol colombiano.

(...) Para comenzar, pensemos en lo ya hecho. Desde nuestros inicios nos hemos caracterizado por ser la barra más belicosa y violenta del país, lo cual, teniendo en cuenta que estamos en Colombia, una de las más violentas de las naciones del mundo, dice mucho de nuestra capacidad destructiva y de agresión. Donde quiera que se escuche hablar a los barristas de otras ciudades o inclusive a los hinchas de los rincones más alejados del país, los adjetivos de salvajes, ladrones, animales, gamines y hasta asesinos son asociados al nombre de LA BANDA DEL DIABLO. En esos comienzos, hay que reconocerlo, para muchos de nosotros fue motivo de orgullo el saber que éramos odiados como temidos en todos los estadios de Colombia. Algunos dirán que fue una etapa necesaria en al evolución de toda barra que quiera ser grande. Otros que era inevitable considerando la naturaleza de nuestra hinchada AMERICANA, que desde siempre fue bullanguera y tropelera, fiel a su condición de representante de las clases más populares del país. Pero no importan ahora esas razones. La realidad es que debido a esa costumbre nuestra de ir a todos lados en actitud de guerra, de demostrar lo ya comprobado, que no hay barra que soporte los embates del pueblo AMERICANO, hemos tenido que enterrar en medio de la impotencia, a dos hermanos americanos del DISTURBIO ROJO BOGOTA. Los hechos en los cuales fueron asesinados son conocidos por el país. Por un país que miró hacia otro lado, porque tal vez se alegró de que dos barristas menos, recorrieran las tribunas y las calles de nuestras ciudades o tal vez porque con muchas cosas, la gente tuvo miedo de señalar. El caso es que así como nosotros sentimos la pena por nuestros hermanos de camiseta y pasión, seguramente muchas madres y hermanos han llorado por las acciones de nuestros cuchillos y nuestras manos.
En un país donde la muerte se gana por mirar mal a otro, donde se abalea, porque no se comparte el mismo sentido del humor, es una idiotez que los barristas nos dejemos matar por terceros y peor aún que nos matemos entre nosotros. Intentemos mirar la situación desde afuera por un momento. Los barristas americanos, gente joven y llena de vida, nos matamos con los barristas de los demás equipos y se nos hincha el pecho al ver como los demás corren arrastrando a sus heridos o maldecimos llenos de odio cuando cargamos al hermano que sangra. “ Ellos “: el policía represor, el político corrupto, el dirigente soberbio del club y el periodista amarillista se ríen cuando ven lo orgullosos que andamos arrancándonos la piel entre nosotros mientras “ Ellos “ justifican así sus nuevas tanquetas, sus presupuestos para seguridad personal del rico y su oportunidad de subir el rating.
Jugamos el juego que “Ellos” quieren. Nuestra juventud se desgasta planeando robos de trapos y emboscadas que al final solamente dejan más enemigos y al seguridad de nuevas venganzas. Y “ Ellos “¿qué hacen? Aprovechar nuestra estupidez para llenarse los bolsillos. Encontrando la excusa perfecta para apalearnos a la salida del estadio, para satanizarnos en la radio y televisión, y levantar las columnas de humo, inmensas y perfectas que tapen sus corruptas reparticiones y componendas. Somos sus bufones, los que les permitimos que nos sigan arrancando la paz de las manos.
Ya es hora de que empecemos a actuar con inteligencia. Que no seamos cómplices de nuestros propios enemigos. Que usemos la cabeza y las energías juveniles para forjarnos un sitio donde podamos hacer nuestra fiesta sin importar lo que “ Ellos “ nos quieran hacer. Ya es el momento de que tomemos de una vez por todas nuestro lugar en los estadios y en las ciudades. Somos los nuevos colombianos y la tribuna es nuestra. Pero no para jugarles su juego. Pero si para armar nuestro carnaval semanal. Esa fiesta donde le gritamos a la ciudad a punta de pólvora, banderas, trapos y cantos que los barristas nos negamos a vivir en la ignorancia de la violencia. Que LA MECHITA es el equipo del pueblo y el pueblo tiene a derecho a festejar cada domingo sin tener que pagar el precio de ver al hermano asesinando o siendo asesinado. La batalla es en al tribuna y las únicas armas son los cantos y la fiesta de colores. Porque de lunes a sábado nos masacran en la fábrica, en la calle, en la oficina, en el colegio o en la universidad. Porque encendemos la tele y nos atacan con desesperanza, muerte e informaciones manipuladas. Porque la radio dice lo que “ Ellos “ quieren que creamos. Por todo eso, la fiesta del fútbol debe ser para nosotros el espacio propio, el nuestro, aquel donde demostremos que ya abrimos los ojos y que somos mejores que “ Ellos “. Que ni a punta de palazos ni mentiras nos pueden detener. Simplemente porque somos más y tenemos el poder de escoger la paz y no la sucia guerra en la que “ Ellos “ nos quieren sumergir para así tener la excusa de exterminarnos o en el mejor de los casos de mantenernos ahogados en peleas inútiles entre nosotros.

Es por todo esto que LA BANDA DEL DIABLO, la que siempre peleó en la calle, la que siempre aguanto donde fuera, hoy por hoy debe guiar al movimiento barrístico colombiano hacia un rumbo inexplorado. Hacia un camino que nos hará únicos en el mundo. Que nos hará los mejores. Debemos ser los líderes que conviertan a nuestros estadios en las fiestas más grandes y estruendosas que haya visto el fútbol. Y lo vamos a hacer de la manera más sorpresiva:

EN PAZ

De esa manera le mostraremos a los mismos de siempre, los que no tienen en la miseria, que tal vez puedan poseer nuestro trabajo, nuestra libertad física, pero nuestros corazones de HINCHAS AMERICANOS, nuestros domingos, nuestra fiesta del fútbol, ¡¡¡¡NUNCA MAS ¡¡¡¡ Y el sólo hecho de ver como miles de jóvenes son capaces de convivir en paz, cos a que “Ellos “ nunca pudieron lograr en cientos de años de historia, será el triunfo más grande de la hinchada más grande del equipo más grande de Colombia.

Es la hora de formar la fiesta y el carnaval por nuestra MECHITA. Una fiesta que debe ser en paz, para que al final nosotros seamos los triunfadores. Para que las alegrías infinitas que nos produce el ser AMERICANOS las podamos compartir por muchos años. Por siempre. Para que sin importar el marcador, nuestros enemigos siempre pierdan. Para que cada vez vayamos a la cancha con el corazón lleno de alegría y Ellos con la amargura de saber que su guerra la perdieron porque nosotros decidimos no pelearla.

Para que alentemos a LA MECHITA por muchísimos años más ...

AGUANTE LA MECHITA Y SU INDESTRUCTIBLE BANDA DEL DIABLO.

martes, 13 de mayo de 2008

FERIA DEL LIBRO DEL PACIFICO.


El Fanático Escarlata recuerda el lanzamiento del Numero 4 en la decimatercera feria del libro del pacifico.
La Universidad del Valle fue testigo de este nuevo logro del Colectivo..
Algunos integrantes del Colectivo Diaboló posan al lado de algunos asistentes y colaboradores.

FANATICO SUB 30




El Fanático Escarlata presenta el reportaje que realizo el programa de SUB30 al Colectivo Diaboló.

miércoles, 7 de mayo de 2008

DIABLO, FIESTA Y CARNAVAL




El Fanático Escarlata entrega esta hermosa versión del escudo Américano. Nuestro diablo, fiesta y carnaval...

viernes, 2 de mayo de 2008

CON ORGULLO, AMERICANO SOY!


Es tiempo de cazar brujas. Fantasmas postmodernos rondan por doquier: terroristas, hackers, crackers, traficantes, pederastas, satánicos, fanáticos religiosos y toda una fauna variopinta conforman el espectro terrorífico de este siglo que nace. Y en esta pluralidad de espantos nosotros tenemos un lugar de privilegio, somos americanos. Sí señores, somos americanos y esa condición no es muy bien vista por la nueva (!?) inquisición, esa institución que pretende liberar al mundo de sus demonios. ¿Cómo es posible -se preguntan ellos- que en un país tercermundista, famoso en el ámbito internacional por exportar mercancías de dudosa reputación, un grupo de personas se hagan llamar americanos?. ¿Acaso ese bello gentilicio ya no estaba reservado por natura a los pobladores de una nación próspera del Hemisferio Norte?.
Culpables!. Culpables por idolatrar al diablo, culpables por atreverse a usurpar el nombre de Vespucio, ese insigne descubridor italiano que fue el primero en darse cuenta que había llegado a un mundo nuevo para los europeos, culpables por querer robarle la identidad a los paisanos de Clinton, Bush y el ratón Mickey. Sí, porque ellos, los americanos (los del norte) no quieren ser gringos, ni yanquis, ni estadounidenses (que horrible cacofonía), ellos quieren ser los únicos americanos.
¿Y qué pasa entonces con la hinchada del América de México? ellos también deberían ser perseguidos por su afrenta -pensarán los más suspicaces-. No, ellos decidieron evitar la ofensa, ellos escogieron no ser americanos, ellos prefirieron hacerse llamar vergonzantemente americanistas.
Y entonces los ciudadanos de la Patria Escarlata, los habitantes de esta nación sin fronteras muy nítidas pero que van más allá de la pasión, los americanos del tercer mundo, debemos soportar la ira de los americanos del primer mundo. Apócrifas listas negras buscan con insistencia la desaparición de nuestra América. Pero ellos no cuentan con que nosotros estamos aquí para defenderla, para hacerla respetar. Este pueblo vestido de rojo se lanza a la calle para decir NO MAS!, no más listas Clinton, no más persecución, no más señalamientos. Somos americanos, así a los gringos, a los yanquis, a los estadounidenses les resulte un desplante. Y por eso hoy, como siempre, gritaremos en la cancha y en las calles la ancestral enseñanza: AMERICA PARA NOSOTROS, LOS AMERICANOS.