Cuando los budistas tibetanos recitan sus mantras pretenden conseguir un logro trascendente. Cada palabra, cada sílaba, trae (según ellos) una vibración benéfica, un resultado esperado.
Para nosotros, los seguidores del Rojo de Cali, la palabra A-MÉ-RI-CA representa el principio primigenio de nuestro universo futbolero. Siempre ha sido de esta manera, así lo fue para aquellos seguidores que en cada fecha se subían a los árboles de guásimo a gritar: América, América!, y así lo es para quienes hoy en las tribunas populares de toda Colombia, cantamos hasta la afonía decenas de temas dedicados a nuestra institución.
Y no podía ser de otra manera. La palabra América por sí misma tiene una musicalidad propia; refiere a un continente nuevo, joven y lleno de esperanza.
En esta edición visibilizamos la esencia y mística del Barón Rojo Sur, el aguante como práctica de resistencia cultural, pues es así como desahogamos nuestros sentimientos, lo que la gente le transmite a los jugadores para animarlos y hacerles saber que ahí en las graderías está el respaldo, está el peso de la camiseta que llevan para salir a dejarlo todo en la cancha, pese a que muchas veces un jugador no está en sus mejores condiciones futbolísticas, o por falta de concentración en ese momento, la presión de la fanaticada es oportuna, obliga y expresa que hay que ganar y romperse el alma. En muchas ocasiones el equipo triunfador fue el que más hinchada llevó y porque también su gente fue la que canta más duro y ejerció mas presión sobre el partido y al final la hinchada se llevará los tres puntos, un empate o ya sea un gol o también puede llegar a ser el título, un justo premio por trabajar desde la tribuna con gritos y cánticos de lucha, porque alentar también es un trabajo dentro del partido y como todo trabajo tiene su forma de pagarse. Si se canta con alegría y con ganas se sale adelante, si se alienta con desmotivación y sin ganas se puede perder, por eso la intención de nosotros como barra es ir mas allá de los resultados, opacar a nuestros rivales con nuestras gargantas y que la gente de la tribu BRS, y demás fanaticada Americana tenga conciencia de la responsabilidad y la importancia que tenemos todos sin excepción en todos los partidos de la mechita, sea visitante o local, amistoso o por la copa, y que nos demos cuenta que el premio será que dejamos el corazón en la tribuna;entonces el viento lo esparcirá sobre todo el estadio dejando en claro que nuestra mayor virtud y fortaleza: es el aliento y los cantos de amor desmesurado hacia nuestro amado equipo.
Desde este espacio queremos alentar a todas las voces de la Nación Escarlata para que sigamos cantando juntos, para que nos mantengamos firmes, con las banderas en alto y sobre todo para que nuestros himnos sigan siendo el soporte vital del alma americana.
Para nosotros, los seguidores del Rojo de Cali, la palabra A-MÉ-RI-CA representa el principio primigenio de nuestro universo futbolero. Siempre ha sido de esta manera, así lo fue para aquellos seguidores que en cada fecha se subían a los árboles de guásimo a gritar: América, América!, y así lo es para quienes hoy en las tribunas populares de toda Colombia, cantamos hasta la afonía decenas de temas dedicados a nuestra institución.
Y no podía ser de otra manera. La palabra América por sí misma tiene una musicalidad propia; refiere a un continente nuevo, joven y lleno de esperanza.
En esta edición visibilizamos la esencia y mística del Barón Rojo Sur, el aguante como práctica de resistencia cultural, pues es así como desahogamos nuestros sentimientos, lo que la gente le transmite a los jugadores para animarlos y hacerles saber que ahí en las graderías está el respaldo, está el peso de la camiseta que llevan para salir a dejarlo todo en la cancha, pese a que muchas veces un jugador no está en sus mejores condiciones futbolísticas, o por falta de concentración en ese momento, la presión de la fanaticada es oportuna, obliga y expresa que hay que ganar y romperse el alma. En muchas ocasiones el equipo triunfador fue el que más hinchada llevó y porque también su gente fue la que canta más duro y ejerció mas presión sobre el partido y al final la hinchada se llevará los tres puntos, un empate o ya sea un gol o también puede llegar a ser el título, un justo premio por trabajar desde la tribuna con gritos y cánticos de lucha, porque alentar también es un trabajo dentro del partido y como todo trabajo tiene su forma de pagarse. Si se canta con alegría y con ganas se sale adelante, si se alienta con desmotivación y sin ganas se puede perder, por eso la intención de nosotros como barra es ir mas allá de los resultados, opacar a nuestros rivales con nuestras gargantas y que la gente de la tribu BRS, y demás fanaticada Americana tenga conciencia de la responsabilidad y la importancia que tenemos todos sin excepción en todos los partidos de la mechita, sea visitante o local, amistoso o por la copa, y que nos demos cuenta que el premio será que dejamos el corazón en la tribuna;entonces el viento lo esparcirá sobre todo el estadio dejando en claro que nuestra mayor virtud y fortaleza: es el aliento y los cantos de amor desmesurado hacia nuestro amado equipo.
Desde este espacio queremos alentar a todas las voces de la Nación Escarlata para que sigamos cantando juntos, para que nos mantengamos firmes, con las banderas en alto y sobre todo para que nuestros himnos sigan siendo el soporte vital del alma americana.
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